Hablar de Sergio Roberto Livingstone Pohlhammer es hablar de un futbolista excepcional, un
pionero que cruzó las fronteras con su impronta; un comunicador insigne, un hombre letrado y
con una memoria prodigiosa. Y por supuesto, un padre de familia que trabajó incansablemente
por el bien de quienes más amó.
Un 26 de marzo de 1920 “Sapito”, como cariñosamente se le reconocía, vino al mundo. La Ministra
del Deporte, Cecilia Pérez, anticipándose a este aniversario tenía programado un reconocimiento
en grande hacia esta figura nacional. «Quiero agradecerle a su familia por acercarse al Mindep y
colaborar en el homenaje que tuvimos que posponer por la emergencia sanitaria, pero que una
vez recuperada la normalidad lo vamos a concretar en el Estadio Nacional», mencionó en sus
redes sociales.
con una memoria prodigiosa. Y por supuesto, un padre de familia que trabajó incansablemente
por el bien de quienes más amó.
Un 26 de marzo de 1920 “Sapito”, como cariñosamente se le reconocía, vino al mundo. La Ministra
del Deporte, Cecilia Pérez, anticipándose a este aniversario tenía programado un reconocimiento
en grande hacia esta figura nacional. «Quiero agradecerle a su familia por acercarse al Mindep y
colaborar en el homenaje que tuvimos que posponer por la emergencia sanitaria, pero que una
vez recuperada la normalidad lo vamos a concretar en el Estadio Nacional», mencionó en sus
redes sociales.