El británico Andy Murray (2º de la ATP) quebró la historia en el césped de Wimbledon y se quedó con los máximos honores en Londres tras batir por 6-4, 7-5 y 6-4 al serbio Novak Djokovic (1º) en la final del tercer Grand Slam de la temporada.
El nacido en Escocia se transformó así en el primer jugador británico en ganar en el tradicional torneo desde 1936 cuando lo hiciera Fred Perry.
El partido siempre estuvo a favor del nacido en Dunblane, quien dejó atrás la presión que suponía 77 años sin triunfos locales en el pasto y aguantó con solidez los primeros intercambios con el serbio, que pasó más apuros de los previstos para defender su saque en el juego inaugural.