Fue un día caluroso y soleado, pero se espera lluvia para la clasificación del sábado y la carrera del domingo.
Hamilton tuvo una vuelta de 1 minuto 14 segundos y 026 milésimas en la sesión vespertina en el circuito de Interlagos, para superar por 0.274 milésimas al Red Bull de Vettel. Mark Webber, compañero de equipo de Vettel, fue tercero con 1:14.523.
Alonso cronometró 1:14.592 en la segunda sesión, por detrás de su compañero de Ferrari y favorito de la afición local, Felipe Massa.
Recordamos que si Alonso quiere ganar el Mundial debe, sí o sí, terminar entre los tres primeros. Si gana, le bastaría con que Vettel fuera quinto.
Puede parecer extraño, ya que las cuentas de Alonso dicen que si el español gana y Vettel no acaba entre los cuatro primeros sería campeón, de igual forma que le bastaría con quedar entre los tres primeros si el alemán sufriese un abandono. Pero se puede dar una circunstancia excepcional que anularía todos estos supuestos, y que provocaría que Vettel ganase su tercer título independientemente de los resultados.
Tal circunstancia no es otra que la caída una lluvia torrencial en un momento determinado que obligase a suspender la carrera antes de haberse alcanzado el 75% del total. Si eso sucediese solamente se repartirían el 50% de los puntos, por lo que Vettel se convertiría automáticamente en tricampeón de la Fórmula 1.
Esto se debe a que la distancia que les separa en la clasificación antes de la última carrera es de 13 puntos, mientras que si el reparto final fuese de la mitad de puntos el ganador obtendría un total de 12,5; por lo que de ningún modo Alonso podría alcanzar a Vettel.
Por lo tanto, y aunque la lluvia podría venirle bien al español para que la mecánica de su Ferrari se equilibrase a la del Red Bull de Vettel, un exceso de la misma podría arruinar del todo sus opciones de título.
Puede parecer extraño, ya que las cuentas de Alonso dicen que si el español gana y Vettel no acaba entre los cuatro primeros sería campeón, de igual forma que le bastaría con quedar entre los tres primeros si el alemán sufriese un abandono. Pero se puede dar una circunstancia excepcional que anularía todos estos supuestos, y que provocaría que Vettel ganase su tercer título independientemente de los resultados.
Tal circunstancia no es otra que la caída una lluvia torrencial en un momento determinado que obligase a suspender la carrera antes de haberse alcanzado el 75% del total. Si eso sucediese solamente se repartirían el 50% de los puntos, por lo que Vettel se convertiría automáticamente en tricampeón de la Fórmula 1.
Esto se debe a que la distancia que les separa en la clasificación antes de la última carrera es de 13 puntos, mientras que si el reparto final fuese de la mitad de puntos el ganador obtendría un total de 12,5; por lo que de ningún modo Alonso podría alcanzar a Vettel.
Por lo tanto, y aunque la lluvia podría venirle bien al español para que la mecánica de su Ferrari se equilibrase a la del Red Bull de Vettel, un exceso de la misma podría arruinar del todo sus opciones de título.
