Universidad de Chile, con uno menos por la expulsión de Walter Montillo en el segundo tiempo, resistió ante el dominio de Inter de Porto Alegre y cosechó un valioso empate sin goles en el duelo de ida de la segunda fase previa de la Copa Libertadores.
En la primera parte, el elenco dirigido por Hernán Caputto resistió el asedio de los gauchos, con Camilo Moya y Diego Carrasco con sólidas acciones para interrumpir las jugadas que armaba Andrés D'Alessandro y que intentaba finiquitar Paolo Guerrero.
Pese a las cargas de Inter, la U también tuvo chance de llegar al arco rival, y lo hizo a través de dos contragolpes.
La primera fue una solitaria del debutante Pablo Aránguiz, quien se fue en velocidad rumbo al arco, pero tras dos enganches perdió ante la superioridad numérica de los defensas. La segunda fue un cabezazo de Joaquín Larrivey, tras un preciso centro de Jean Beausejour.
Tras el arranque del complemento, la U mostró su mejor cara y logró instalarse en el campo de Inter, y, pese a no contar con precisión en su ofensiva, logró cortar el juego de los brasileños.
No obstante, cuando tomaron un respiro, se derrumbó la estrategia, ya que Montillo fue expulsado por doble tarjeta amarilla.
Con uno menos, Caputto realizó cambios defensivos, sacando a Henríquez, Larrivey y Aránguiz (entraron Gonzalo Espinoza, Fernando Cornejo y Nicolás Guerra) y apostó por defender el resultado y evitar un posible gol de visitante de los forasteros.
En el epílogo del juego, el foco se trasladó a la galería sur del Nacional, debido a un grupo de hinchas que causaron incidentes, tratando de ingresar a la cancha.
El árbitro argentino Facundo Tello llegó a detener por breves minutos el partido, aunque las acciones de este pequeño grupo de barritas no pasó a mayores.
Para los minutos finales, los hinchas empezaron a encender objetos y provocaron una gran llamarada, que sólo pudo ser controlada una vez se dio por terminado el compromiso.