El protagonista de los tricolores en la muerte súbita fue el arquero Igor Akinfeev, quien rechazó los tiros de Koke y Iago Aspas para cerrar la serie en un 4-3.
El cotejo se desarrolló como un monólogo para la roja, que llegó a acumular hasta un 80 por ciento de las acciones, pero sin la profundidad necesaria para validar aquel argumento.
La cuenta se abrió a los 12' por un balón nacido de un tiro libre que tomó dirección a Sergio Ramos. Para impedir el remate del central, Serguei Ignashevich bloqueó con el cuerpo, pero acabó vulnerando el arco propio por un rebote en uno de sus pies.
En una de las pocas opciones rusas de balón detenido, Gerard Piqué aumentó su volumen para contener con los brazos y acabó cometiendo una falta que fue sancionada con un penal y donde Artiom Dzyuba ejecutó bajo al sector derecho y sentenció el 1-1.
Sin más alternativas, los lanzamientos penales fueron inevitables. España abrió la serie y se derrumbó en el tercer lanzamiento, tras ver bloqueado el intento de Koke por el meta rival, situación que volvió a repetirse en el clímax, cuando Aspas necesitaba marcar para mantener las opciones del Campeón del Mundo de 2010.
El próximo desafío para los rusos será el sábado 7 de julio ante Croacia que empató 1-1 con Dinamarca y en dramática definición a penales ganó 3-2...