sábado, 24 de septiembre de 2016

SANTIAGO WANDERERS SORPRENDE A COLO COLO EN EL MONUMENTAL EMPATANDO 1 A 1

Colo Colo no encuentra la paz en la cancha. Ni con ruda ni vinagre, ni cualquier otro elemento supersticioso al que intenta recurrir su desesperado técnico. Las sonrisas no aparecen en Macul. Cuatro partidos como local y no hay victorias. Hoy,  un triste empate frente a Santiago Wanderers. Ni hablar de alzas individuales. Menos mejora colectiva. Apenas chispazos en el primer tiempo, pasajes que no pudieron sostenerse durante el lapso final.
En el arranque, los albos apelaron al orden y equilibrio. En las dos fases del juego. Renunció a ese ataque desmedido que mostró en las primeras fechas. Ahora, lució más paciente, eligiendo con pausa la forma de dañar y los pasillos interiores a los cuales atacar. Sin desesperación. Entendiendo que con esa fórmula iba a quebrar la resistencia porteña.
Así llegó la apertura de la cuenta a los 14', con una salida rápida desde el fondo, encabezada por Zaldivia. El zaguero rompió líneas por el costado derecho, antes de que Rivero y Paredes se asociaran a la entrada del área, para luego habilitar a Rodríguez, quien con un derechazo ajustado al primer palo, dejó sin reacción a Castellón.
Colo Colo, que por primera vez en el torneo se ponía en ventaja jugando en casa, no dejó de buscar el segundo. Pero con un detalle importante: el reagrupamiento defensivo siempre fue en la mitad de cancha, dejando de lado la presión alta constante, para sacar del fondo a Santiago Wanderers. Eso dejó a la visita sin la posibilidad de pillar mal parado al fondo del Cacique, justamente uno de los errores que más se repitieron en las primera fechas. Y que más insistieron buscar los rivales, muchas veces con éxito. Esta vez, con muchos obstáculos antes de llegar a Villar, la visita no tenía fórmulas válidas más que pelotazos frontales. Un argumento demasiado fácil para resolver para el fondo colocolino.
Quizás por el desgaste de esos primeros 45 minutos, también por el calor, el cuadro de Guede perdió ritmo en el complemento. Dejó de ser ese equipo corto, para alargarse de forma desmedida y permitirle a Wanderers encontrar espacios en ataque. Ahí, Colo Colo se volvió a parecer al de las primeras fechas, dando licencias en defensa. Y otra vez, aparecieron los errores individuales que le costaron un gol. Primero de los zagueros, que dejaron increíblemente libre a Parraguez. Luego de Villar, que no supo qué hacer con el balón, que terminaría escapándose de las manos. Empate porteño a los 55' y todos los fantasmas de regreso.

A esa altura, ya escaseaba el fútbol y el oxígeno. Paredes y Rivero reventaron el travesaño, en una muestra de que la fortuna no está del lado popular. Ni siquiera el ingreso de Valdés para los últimos 15 minutos, le dio un vuelco al juego de Colo Colo.
Incluso, sobre el final, la visita tuvo la más clara, con un tiro libre que desvió de manera brillante Villar. Aquel fue el último suspiro de un nuevo tropiezo de Colo Colo, que más allá de la ruda y el vinagre, necesita urgente un alza futbolística para salir de una crisis que está lejos de terminar.