El oriundo de Belgrado, que dio cuenta del británico en cuatro sets, por parciales de 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4, en poco más de tres horas de juego, conquistó así el único Grand Slam que le había sido esquivo, sumando su duodécima corona en Abiertos y confirmando plenamente su condición de número uno del mundo.
Este era el cuarto intento de Djokovic en el certamen parisino, tras caer en las definiciones de 2012, 2014 y 2015. Y esta vez no fallaría, pese a ceder la primera manga en 46 minutos.