El comienzo de Colo Colo no pudo ser mejor. El gol de Emiliano Vecchio a los tres minutos apuntaba a una jornada de fiesta. Cualquier esquema conservador de la visita se desmoronaba, lo que, supuestamente, era el escenario ideal para los dueños de casa.
Cobresal, sin embargo, no cambió su libreto. A Dalcio Giovagnoli, su técnico, le preocupaba más igualar el trámite en el mediocampo y, recién ahí, buscar la paridad en el marcador. Para fortuna nortina, sin embargo, los albos sufrieron muy temprano una baja que cambio la suerte del partido. Esteban Pavez se lesionó en una jugada fortuita y, aunque lo intentó, no pudo seguir en la cancha.
Todos en el Monumental esperaban el ingreso de Claudio Baeza en lugar de Pavez. Todos, menos Héctor Tapia, quien prefirió a Claudio Maldonado, de bajo rendimiento en el campeonato cuando le ha tocado jugar. Lo que vino después sólo confirmó que la decisión del entrenador albo fue errada.
Cobresal, poco a poco, empezó a crecer y , con su orden habitual, empezó a merodear el área colocolina. Como sea, el compromiso era muy trabado, sin opciones claras en ningún arco, salvo un cabezazo de Juan Delgado a los 25’. Los atacameños, entonces, se pudieron encontrar con el empate a los 33’, pero Paulo Garcés le atajó el penal (inventado por el árbitro Bascuñán) a Víctor Hugo Sarabia. Fue el aviso, sin embargo, de lo que vendría a los 39’, después de córner mal defendido por el Cacique y que terminó con el remate de Federico Martorell. Ahora Garcés no pudo salvar a los blancos.
¿Injusto el empate? Por el dominio de Colo Colo, quizás, no. Pero Cobresal es un equipo sólido y muy eficiente. Por algo es el líder, porque no perdona los descuidos del rival. Y lo confirmó casi de entrada en la segunda parte, después de un imperdonable error de Maldonado, quien se la entregó como un niño a Matías Donoso. El delantero, con su potencia habitual, no la pensó dos veces y sacó un disparo tremendo, que dejó sin reacción al portero local.
Y eso fue todo. Cobresal ya había cumplido su tarea. El resto fue cerrar las filas y el resultado. Jugar con los nervios de un Colo Colo que no supo reponerse de la desventaja. Sin más ideas que los arrestos individuales de Vecchio (quien no se salva de la reprobación) o Jaime Valdés (quien se vio muy disminuido físicamente).
Perdió Colo Colo y perdió bien. Cobresal se impuso con trabajo colectivo e inteligencia. Con las armas que le permiten ser el puntero absoluto del Clausura, con 27 puntos, y con la solidez de un conjunto que no debe preocuparse de otros resultados. Un verdadero líder.