En una electrizante final, O’Higgins venció 1-0 a Universidad Católica y por primera vez en su historia, se coronó campeón del fútbol chileno.
El elenco de Rancagua logró la hazaña gracias a la solitaria anotación del argentino Pablo Hernández, lo que permitió a su escuadra levantar la corona de campeón.
Así O’Higgins, alcanzó el título tras 58 años de existencia y sin tener copas en sus vitrinas.
Por su parte, la UC, se queda con el premio de consuelo que será jugar la liguilla de Post Temporada.
El duelo arrancó con mucho nerviosismo en un repleto Estadio Nacional, siendo O’Higgins quien avisó, tras un desborde a toda velocidad de Yerson Opazo, quien mandó un cedido centro para el cabezo de Pablo Calandria que obligó a la gran tapada de Toselli.
La UC por su parte respondía con el ímpetu de Ismael Sosa y la entrega de Michael Ríos, pero sin exigir en demasía a la zaga celeste liderada por Julio Barroso.
Cuando la UC inclinaba la balanza a su favor vino la primera estocada de O’Higgins. A los 34', un tiro libre servido por Opazo que mandó el centro y apareció sin marcas Pablo Hernández, quien conectó de primera y batió a Toselli desatando la fiesta de los rancagüinos en las tribunas.
Los cruzados respondieron con un remate ajustado de Michael Ríos (38’), mientras que O’Higgins sufría con una lamentable lesión.
Se trató de Luis Pedro Figueroa, quien sintió un “pinchazo” en el muslo y debió ser reemplazado por Francisco Pizarro (46’).
Así terminó el primer lapso en el Nacional de la electrizante final del Apertura 2013.
En la segunda etapa, la UC salió a “quemar sus naves” para revertir el marcador y ejerció una presión constante a la salida de su oponente.
Fue así como O’Higgins optó por replegarse y el portero Paulo Garcés comenzó a erigirse como una de las figuras celestes.
Primero lo exigió Costa (66’) evitando el empate con gran achique para luego a los 71’ desviar con un manotazo un balón que se le clavaba en un ángulo. Su labor también contó con un laborioso trabajo de su defensa que debió resistir el “vendaval” de los de La Franja.
O’Higgins, por su parte, respondía en el contragolpe, siendo la más clara chance la que se registró a los 68 minutos cuando Barriga no supo definir en un mano a mano con Toselli.
A esas alturas, el DT Martín Lasarte se la jugó con los ingresos de tres delanteros –Nicolás Castillo, Álvaro Ramos y José Luis Muñoz-, táctica que funcionó ya que generó el total repliegue del rival.
A los 82’ el duelo se encendió aún más, tras un golpe que recibió Julio Barroso que generó la airada discusión de Paulo Garcés con Cristián Álvarez, mientras que en las tribunas se vivía un caldeado ambiente.
Con la UC volcada en el arco rival y con soberbias contenciones de Paulo Garcés, los celestes lograron resistir hasta el pitazo del juez Jorge Osorio que sentenció el primer título de O’Higgins en Primera División.