La Copa América entró en su recta final. Comienzan las semifinales, para muchos impensadas en sus cruces y candidatos. ¿Quién se hubiera imaginado que Brasil y Argentina iban a quedar afuera de los mejores cuatro? ¿Y quién hubiera pensado que Venezuela y Perú iban a estar con posibilidades de ser finalistas? Sin embargo, esta edición del torneo continental nos ha mostrado variantes, resultados y sensaciones futbolísticas inesperadas. Los equipos con más estrellas en sus planteles se fueron sin la oportunidad de mostrar un concepto futbolístico valioso y a partir de ahora arranca sin dudas una nueva etapa en el camino latinoamericano hacia el próximo Mundial.
¿Será que estamos ante una nueva manera de pensar el fútbol por estas tierras? Entre los equipos que se clasificaron a esta instancia fundamental, Uruguay, con su cuarto puesto en Sudáfrica, supo sortear las presiones de la primera fase y sacarse de encima al equipo local, con Messi incluido. Los conducidos por Tabárez tienen que mejorar algunos puntos fundamentales pero la continuidad del Maestro en el equipo y la calidad de sus jugadores (Forlán, Luis Suárez y Fernando Muslera, entre otros) ha prevalecido sobre ciertas deficiencias del juego. La Celeste pudo resolver en su partido de cuartos de final la expulsión del Ruso Pérez y en los penales se quedó con la victoria que lo depositó en la semifinal ante Perú. Y justamente el seleccionado inca, el equipo de Markarián, ha hecho honor a la historia del fútbol de ese país y ha podido traer al presente a una selección ordenada y tácticamente prolija.
Por el lado del partido entre Chile y Venezuela, se dio una situación especial. Los de Borghi demostraron en la primera fase ser un equipo con todas las letras. Funcionaron bien, resolvieron en forma correcta y brindaron tranquilidad en todas las líneas. A esto hay que sumarle la habilidad que tuvo el Bichi, que supo jugar acertadamente cada uno de los cambios y capitalizar con su estilo la herencia dejada por Marcelo Bielsa. Los chilenos jugaron un muy buen segundo tiempo pero no alcanzó y terminaron afuera del torneo. Venezuela, la ex cenicienta del futbol sudamericano, ha crecido junto a sus jugadores y a partir de ahora le toca ratificar el camino y ver si pueden ir por más. Su rival será el Paraguay que dejó afuera a la siempre favorita selección de Brasil.
Por el lado del equipo brasileño su despedida de la Copa ha sido particular. Se fue con muchos interrogantes, sin embargo Menezes no se siente preocupado. No van a tener que disputar eliminatorias por ser sede del próximo mundial y habrá tiempo para trabajar y avanzar en este sendero del recambio. Ahora bien, es obvio que si uno se queda con los cuatro penales fallados, nadie va a hablar del partido que hicieron y de que hubieran merecido ganar, un partido que marcó sin dudas una evolución en el equipo y en el grupo. Pero también es cierto que de merecimientos no se vive en el fútbol y que hay necesidad de resultados. Enfrente, Paraguay tuvo a un enorme Justo Villar. El pasaje a semifinales (a pesar de que no jugaron bien, como lo admitió el mismo Martino) puso otra vez a la selección guaraní en una fase importante del torneo.
A la hora de hablar de la eliminación de la Argentina, hay que hacer un párrafo aparte. El equipo de Batista no comenzó bien la competencia a pesar de tener jugadores excelentes. Ante Costa Rica se vio alguna evolución favorable y alentadora pero con Uruguay no se puedo progresar. Messi jugo muy bien, Romero dio seguridad en el arco e Higuaín y Gago son jugadores que deben estar presentes en cualquier convocatoria, pero más allá de algunos nombres, Batista debe reacomodar una noción de equipo. Cuando uno construye una casa busca un buen arquitecto, materiales de calidad y obreros que en todas sus funciones sepan lo que hacen. La Argentina tiene materiales excelentes, trabajadores de primera línea (encabezados por el mejor jugador del mundo) y un gran terreno donde levantar una edificación. Lo que le falta es que el arquitecto presente los planos, que muestre el camino, que cimente las vigas y que con energía sepa señalar la forma de la construcción.
Todavía le quedan unos días a la Copa América. Tendremos más por analizar y estudiar, pero con lo que ya ha pasado hasta aquí los equipos ganadores y las selecciones eliminadas tienen muchísimo para polemizar y estudiar. La Copa América es como un corto cinematográfico: tendrá un final pero no ofrece mucho tiempo para verificar. Las eliminatorias, rumbo a Brasil 2014, son el largometraje. Y allí es donde todos (técnicos y jugadores) tendrán la chance de estudiar y protagonizar un buen papel en conjunto.
Colaboración de Viviana Semienchuk.
¿Será que estamos ante una nueva manera de pensar el fútbol por estas tierras? Entre los equipos que se clasificaron a esta instancia fundamental, Uruguay, con su cuarto puesto en Sudáfrica, supo sortear las presiones de la primera fase y sacarse de encima al equipo local, con Messi incluido. Los conducidos por Tabárez tienen que mejorar algunos puntos fundamentales pero la continuidad del Maestro en el equipo y la calidad de sus jugadores (Forlán, Luis Suárez y Fernando Muslera, entre otros) ha prevalecido sobre ciertas deficiencias del juego. La Celeste pudo resolver en su partido de cuartos de final la expulsión del Ruso Pérez y en los penales se quedó con la victoria que lo depositó en la semifinal ante Perú. Y justamente el seleccionado inca, el equipo de Markarián, ha hecho honor a la historia del fútbol de ese país y ha podido traer al presente a una selección ordenada y tácticamente prolija.
Por el lado del partido entre Chile y Venezuela, se dio una situación especial. Los de Borghi demostraron en la primera fase ser un equipo con todas las letras. Funcionaron bien, resolvieron en forma correcta y brindaron tranquilidad en todas las líneas. A esto hay que sumarle la habilidad que tuvo el Bichi, que supo jugar acertadamente cada uno de los cambios y capitalizar con su estilo la herencia dejada por Marcelo Bielsa. Los chilenos jugaron un muy buen segundo tiempo pero no alcanzó y terminaron afuera del torneo. Venezuela, la ex cenicienta del futbol sudamericano, ha crecido junto a sus jugadores y a partir de ahora le toca ratificar el camino y ver si pueden ir por más. Su rival será el Paraguay que dejó afuera a la siempre favorita selección de Brasil.
Por el lado del equipo brasileño su despedida de la Copa ha sido particular. Se fue con muchos interrogantes, sin embargo Menezes no se siente preocupado. No van a tener que disputar eliminatorias por ser sede del próximo mundial y habrá tiempo para trabajar y avanzar en este sendero del recambio. Ahora bien, es obvio que si uno se queda con los cuatro penales fallados, nadie va a hablar del partido que hicieron y de que hubieran merecido ganar, un partido que marcó sin dudas una evolución en el equipo y en el grupo. Pero también es cierto que de merecimientos no se vive en el fútbol y que hay necesidad de resultados. Enfrente, Paraguay tuvo a un enorme Justo Villar. El pasaje a semifinales (a pesar de que no jugaron bien, como lo admitió el mismo Martino) puso otra vez a la selección guaraní en una fase importante del torneo.
A la hora de hablar de la eliminación de la Argentina, hay que hacer un párrafo aparte. El equipo de Batista no comenzó bien la competencia a pesar de tener jugadores excelentes. Ante Costa Rica se vio alguna evolución favorable y alentadora pero con Uruguay no se puedo progresar. Messi jugo muy bien, Romero dio seguridad en el arco e Higuaín y Gago son jugadores que deben estar presentes en cualquier convocatoria, pero más allá de algunos nombres, Batista debe reacomodar una noción de equipo. Cuando uno construye una casa busca un buen arquitecto, materiales de calidad y obreros que en todas sus funciones sepan lo que hacen. La Argentina tiene materiales excelentes, trabajadores de primera línea (encabezados por el mejor jugador del mundo) y un gran terreno donde levantar una edificación. Lo que le falta es que el arquitecto presente los planos, que muestre el camino, que cimente las vigas y que con energía sepa señalar la forma de la construcción.
Todavía le quedan unos días a la Copa América. Tendremos más por analizar y estudiar, pero con lo que ya ha pasado hasta aquí los equipos ganadores y las selecciones eliminadas tienen muchísimo para polemizar y estudiar. La Copa América es como un corto cinematográfico: tendrá un final pero no ofrece mucho tiempo para verificar. Las eliminatorias, rumbo a Brasil 2014, son el largometraje. Y allí es donde todos (técnicos y jugadores) tendrán la chance de estudiar y protagonizar un buen papel en conjunto.
Colaboración de Viviana Semienchuk.