
La decisión fue adoptada por Blanco y Negro tras esperar en forma infructuosa la respuesta de Conmebol a la consultas realizadas por los albos referentes a eventuales castigos que recaerían en el recinto y no al equipo que hace de local en dicha oportunidad, en caso de haber desmanes o agresiones que obliguen al árbitro a suspender el partido.
La situación fue informada a la regencia de Azul Azul para que inicien la búsqueda de un nuevo coliseo deportivo que reciba su debut en el certamen internacional.