Los aficionados que acudan hoy miércoles a la final de la Copa Libertadores en el estadio Maracaná de Río de Janeiro no podrán consumir una gota de alcohol, porque la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) extendió ayer su ley seca para el encuentro. El compromiso de vuelta de la final de la 49 edición de la Copa Libertadores de América será disputado por Fluminense y Liga Universitaria de Quito, que ganó 4-2 en la ida, hace una semana. La prohibición de la venta de alcohol en los estadios brasileños está en vigor desde el pasado mayo y, hasta ahora, afectaba sólo a los partidos de las competiciones organizadas por la CBF, aunque desde hoy será válida también para las de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que se disputen en Brasil. Los organizadores esperan que se alcancen cerca de 90.000 aficionados incluidos un millar de ecuatorianos en las graderías del legendario estadio carioca, para presenciar la final.